Tecnología espacial: Escenario de monopolios e intereses

Elon Musk, propietario de Tesla y SpaceX, se reunió con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, para acordar proyectos de conectividad para la Amazonía. En ese sentido, se propuso el uso de Starlink, lo que proporcionaría servicios de administración, técnicos, financieros, económicos o de gestión en materia prestación de servicios de Internet a empresas o individuos vía satélite.
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(BRASIL).- Starlink podrá ofrecer su servicio satelital en todo Brasil, con derechos de exploración hasta 2027.

Al respecto, Musk aclaró: “Starlink tiene una política de protección de datos muy estricta, con un nivel de encriptación a nivel de terminal y a nivel de satélite. Incluso si quisiéramos, no hay forma de saber qué datos estás enviando. Si es imposible para nosotros, también lo es para los demás. Sobre proteger la Amazonía, tenemos que usar datos, porque la Amazonía es gigantesca”.

También se discutió la posibilidad de una asociación para el desarrollo y operación de satélites de teledetección de órbita baja, con el fin de apoyar las operaciones de protección de la Amazonía brasileña. La empresa también fue seleccionada para enviar los satélites de detección Lessonia al espacio, que serán operados por la Fuerza Aérea Brasileña.

Otra área de interés en estos contactos para la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) es la instalación de un Sistema de Monitoreo Espacial, con el fin de mejorar la seguridad de las operaciones satelitales. Una red de sensores, operada por la FAB, para monitorear, desde el hemisferio sur, la flota de satélites del gobierno brasileño, así como la flota de satélites de la empresa SpaceX.

Según el teniente brigadier Baptista Junior, estos datos de monitoreo de satélites comerciales serían compartidos con la comunidad internacional, siguiendo los protocolos de la ONU sobre el uso del espacio exterior, colaborando con la conciencia global de la situación espacial. Musk recibió la medalla Orden al Mérito que otorga el Ministerio de Defensa.

El uso del espacio

Ahora bien, ¿dónde están los límites de la conquista del espacio, la visión comercial monopólica y el cuidado de las poblaciones, como podría ser la Amazonía?

Lo que antes era dominio de gobiernos y agencias espaciales ahora también es parte de una industria emergente que está revolucionando el uso del espacio, de la mano de compañías y star-ups.

SpaceX, la empresa de Elon Musk, cumplió 20 años y actualmente domina los viajes espaciales. Pero lejos de conformarse, el empresario ya planea el próximo año que será clave para las misiones que planean llevar personas a la Luna y a Marte.

Luego de un 2021 donde estableció un dominio en ese sector, la empresa liderada por uno de los empresarios más ricos del mundo se prepara para expandir aún más sus operaciones.

Según Forbes, los objetivos de SpaceX son dos: continuar con la exploración del espacio y lograr un aterrizaje exitoso en la Luna y en Marte. Sin embargo, durante el 2021 la compañía liderada por Elon Musk consiguió logros necesarios para cumplir con esas metas.

En los últimos 12 meses, SpaceX logró lanzar misiles que realizaron vuelos suborbitales que posteriormente aterrizaron en la misma zona de despegue y por lo tanto pueden ser reutilizados. Además, consiguió realizar vuelos comerciales al espacio con tripulantes a bordo de las naves y también establecer el sistema Starlink, una serie de satélites para dar cobertura de Internet desde el espacio.

Por otro lado, SpaceX también logró 31 lanzamientos de cohetes Falcon 9, los que Elon Musk planea utilizar para llevar personas a otros planetas. Si bien el objetivo era llegar a 48 y eso ya no será posible, la cifra alcanzada conforma a Elon Musk y el resto de los directivos. Por último, la compañía anunció que logró un centener de aterrizajes de cohetes durante el año.

Tal fue el predominio de SpaceX que los expertos en el tema señalan que la compañía casi tuvo el monopolio total de los lanzamientos realizados durante el 2021. De todas formas, dudan que Elon Musk pueda cumplir con todos los objetivos que estableció. Sobre todo, el que apunta a poner un hombre en la luna en 2023 y establecer una colonia en Marte en 2028.

“El objetivo es establecer bases con seres humanos en varios planetas y permitir que la civilización humana siga su rumbo fuera de la Tierra”, aseguró Elon Musk en una entrevista reciente que realizó con la Revista Time. De todas formas, también aseguró que deben seguir trabajando y perfeccionándose ya que aún muchas cosas pueden salir mal y perder contra la competencia, en relación al proyecto similar que lidera Jeff Bezos. “Incluso podemos quebrar en el peor escenario de todos”, comentó el empresario.

Mientras tanto, en la carrera espacial, Amazon anunció un acuerdo con tres grandes compañías aeroespaciales para mandar 3.236 satélites al espacio, con el fin de dotar a las regiones más desatendidas de internet de alta potencia. Una iniciativa que le posicionará delante de su némesis, SpaceX, que hasta ahora cuenta con 2.000 satélites en órbita. No obstante, el adelantamiento es momentáneo.

En ese sentido, Amazon acaba de superar a la compañía de Elon Musk con su último movimiento. Sin embargo, SpaceX todavía está en boxes esperando el momento para recuperar su ventaja.

Mientras la multinacional de Jeff Bezos acaba de firmar un acuerdo con Arianespace, Blue Origin y United Launch Alliance para garantizar 83 lanzamientos de vehículos de carga pesada (HLV) que transporten estos 3.236 satélites a la órbita terrestre baja, Musk está esperando agazapado para alcanzar su propósito de 12.000 satélites en el espacio.

 

Musk y el mapa de los negocios en red: Proyecciones y escenarios

 

Antecedentes y proyecciones de esta tecnología

Durante décadas, la tecnología espacial ha sido desarrollada sobre todo por las agencias gubernamentales, como la NASA, la Agencia Espacial Rusa o la Agencia Espacial Europea, sin embargo, en los últimos diez años han entrado las empresas privadas como sus competidores.

El 4 de octubre de 1957, el mundo fue tomado por sorpresa cuando la Unión Soviética anunció que había lanzado un satélite llamado Sputnik, “compañero de viaje” en ruso, en órbita. Aunque no era más grande que una pelota de playa y tenía capacidades técnicas limitadas, los estadounidenses se asustaron cuando escucharon su firma acústica (“bip, bip, bip”) mientras les pasaba por encima.

No dispuesto a ceder espacio a la Unión Soviética, Estados Unidos estableció la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) en julio de 1958 y comenzó seriamente su propia búsqueda de vuelos espaciales.

La industria espacial norteamericana estuvo sin lanzar sus propias naves al espacio durante poco más de ocho años. La situación empezó a cambiar con el rápido ascenso de la empresa SpaceX fundada por el emprendedor estadounidense de origen sudafricano, Elon Musk.

A lo largo de los últimos años SpaceX ha hecho un enorme aporte a la exploración espacial y ha diseñado diversos portadores que sacaron a la órbita diferentes tipos de naves espaciales.

El apogeo del trabajo de Musk fue precisamente la misión tripulada a la EEI que ahora allana el camino a la futura exploración espacial por parte de su empresa y la NASA. Sus planes incluyen las misiones a la Luna y a Marte. En estas condiciones, la competencia entre Rusia y EEUU en el ámbito espacial puede volver a tener lugar.

No obstante, es menester destacar que la infraestructura espacial contribuyó en los esfuerzos para lidiar con problemas de salud, el hambre, la pobreza, la educación, el manejo del riesgo en situaciones de desastre, la seguridad energética y el cambio climático.

Sin embargo, según la BBC, el ambiente espacial ha sufrido el impacto de nuestra creciente dependencia en los satélites y la percepción generalizada de que «el espacio es grande».

Desde el comienzo de la era espacial, se han hecho más de 5.000 lanzamientos para enviar satélites que han dejado como resultado un espacio cada vez más congestionado.

En la actualidad, la Red de Supervisión Espacial de Estados Unidos monitorea decenas de miles de objetos más grandes que una pelota de tenis.

Se estima que hay más de 100 millones de objetos de un tamaño superior a 1 milímetro.

Debido a su enorme velocidad orbital (más de 28.000 kilómetros por hora), cada uno de estos objetos puede llegar a dañar o destruir a un satélite.

La era espacial permite encontrar soluciones globales a algunos de los problemas de la sociedad más difíciles de resolver, pero también muestra que la excesiva explotación del ambiente espacial sin los cuidados necesarios afectará la capacidad de encontrar soluciones, con consecuencias para millones de personas.

Por ello, la tecnología espacial resulta ser un ámbito geopolítico, de disputas, en donde se ciñen las principales potencias. Se puede pensar en una puja en cielo y tierra, donde la Amazonía resulta ser un lugar más que explorar dentro del inacabable espacio.

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