Sin embargo, uno de los aspectos importantes que no se ha abordado con la importancia requerida en este proceso de transformación de las empresas, es la capacitación y mejoras de las competencias digitales de la fuerza laboral para enfrentar los desafíos en forma integral y sin fisuras.
Según el estudio Tech Visión 2020 de Accenture sobre los próximos cuatro años, un 23% de los ejecutivos a nivel mundial revela que está preparando a su fuerza de trabajo para interactuar con una inteligencia artificial explicable (XAI), colaborativa e interactiva; y en Chile sólo el 16%, el más bajo de la región.
La capacidad de educar, capacitar, fomentar e invertir en los nuevos talentos en el área de las Tecnologías de la Información (TI) debe ir de la mano con procesos integrales y estratégicos para abordar las nuevas necesidades y, entre otros beneficios, evitar dolores e impactos en el negocio.
El nuevo mundo que se avecina producto de la pandemia, requerirá de innovadores procesos de preparación. Este contexto es una oportunidad para que las empresas potencien a sus colaboradores con nuevas capacidades, competencias y habilidades. Hay que reenfocar nuestros esfuerzos en la urgente transformación cultural de las empresas.
Ante la obligación de sumar a la tecnología dentro de los planes y estrategias de negocio, es importante contar con una preparación constante y agresiva del capital humano. Si no existe el personal especializado con una correcta formación, la transformación digital, muy probablemente, será un fracaso.
Producto de la ausencia de políticas públicas y entes regulatorios en Chile, aún prima la falta de visión y convicción del potencial de la tecnología en todos los aspectos de la vida. Por eso hay un déficit importante en inversión y capacitación del capital humano. Urge, producto del contexto, pensar en cómo reconvertir la fuerza laboral en una era que promete destruir y crear muchos empleos.
Es, sin duda, un importante desafío. Ya nos dimos cuenta, con los ataques cibernéticos a instituciones importantes del país, que el eslabón humano y su capacitación es fundamental para mantener seguras y estables las operaciones que hoy permiten la continuidad operativa, entendiendo que la nueva realidad incorpora operaciones distribuidas y remotas, abriendo nuevos flancos de inseguridad.
Las plataformas y experiencias digitales se están transformando en la principal fuente de interacción. Por ende, es fundamental seguir pensando y entendiendo que la tecnología, con control a través de leyes, herramientas e instituciones, fomenta nuevos modelos de negocios; inyecta inversión y nuevas soluciones a la economía; y mejora la calidad de vida.
El éxito en la generación de nuevos productos y servicios estará en la habilidad de las compañías de mejorar la experiencia humana a través de capacidades y ecosistemas digitales. Hay que crear instancias y mecanismos para seguir educando a la población y, así, crear líderes y profesionales que permitan ver el amplio mapa de posibilidades.