El cuidado del ambiente atraviesa a todas las esferas de la vida cotidiana y, en ese sentido, el sector empresarial no es ajeno. Conforme pasan los años, la sustentabilidad se instala como tema en la agenda de las compañías, a la hora de diseñar sus planes de trabajo dentro de marcos responsables con el planeta.
Un programa empresarial de educación ambiental, forma parte de las iniciativas que fomentan las compañías como parte de su Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
Estos proporcionan grandes beneficios y propician el interés de los stakeholders por una de las grandes prioridades en la actualidad: el cuidado del medio ambiente.
En ese sentido, de acuerdo a la ingeniera Lênia Ribeiro de Souza Vieira, la educación ambiental conduce a los profesionales a un cambio de comportamiento y de actitud con relación al medio ambiente interno y externo de las organizaciones.
La educación ambiental en las empresas tiene un papel muy importante, porque motiva a cada integrante de la empresa y busca las soluciones concretas para los problemas ambientales que ocurren principalmente en la ejecución de las tareas, por lo tanto, es en donde tiene poder de actuación para la mejora de la calidad ambiental de los trabajadores y del entorno.
En estos tiempos, las perspectivas de la educación ambiental en las empresas son muy positivas, considerando que las organizaciones están siendo estratégicamente sensibilizadas a adoptar un nuevo modelo de gestión empresarial contemplando la calidad ambiental. En el medio de tantos cambios, en el ámbito de las empresas, la educación ambiental asume un papel fundamental.
Un concepto que se impone al pensar el cuidado del planeta es la responsabilidad social ambiental, que puede entenderse como el compromiso que adquieren las compañías para preservar y cuidar el ambiente. El objetivo es evaluar todos los recursos naturales que la empresa utiliza para la creación de sus productos o servicios.
De hecho, el interés de las empresas por el ambiente está muy relacionado con las demandas de los consumidores. Cada vez es más común que sus clientes sean personas con “conciencia ambiental”, es decir, que tienen un estilo de vida en el que se preocupan por el planeta y al realizar sus compras cotidianas exigen que los productos o los servicios que requieren se acoplen a su forma de pensar y de vivir.
Por lo tanto, no es solamente en la escuela que la educación ambiental puede desarrollarse. Los recursos para la enseñanza-aprendizaje de la educación para el medio ambiente se encuentran en todas partes, como en las grandes, medianas, pequeñas y microempresas.