AMÉRICA LATINA: Ciudades, negocios y la transición hacia una economía circular

La pandemia puso en evidencia aspectos medioambientales que urgen de tratar. En ese marco, las principales ciudades de América Latina y Centro América apuestan por el desarrollo de una economía circular, para lograr una transición hacia negocios y urbes más sustentables.
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La economía circular, entendida como un rediseño del modelo económico, tuvo una fuerte aceleración en los últimos años como respuesta a los retos de la transición a un nuevo modelo. El cambio climático, la gestión de residuos, y la necesidad de generar energías renovables son algunos de los temas que fueron haciendo mella en la agenda de diferentes países, organizaciones internacionales y empresas.

Así las cosas, también fue surgiendo una nueva visión de lo que se denomina «ciudades circulares», que comprende la evolución de las urbes y sus negocios hacia modelos más sustentables.

En ese marco, las principales ciudades de América Latina y Centro América apuestan por el desarrollo de la economía circular. Por ello, se lanzó la “Declaración de las ciudades circulares de América Latina y Caribe”, presentada el 25 de octubre, durante la X Conferencia Italia – América Latina y Caribe, llevada a cabo en Roma.

La iniciativa consta de un compromiso de amplio alcance que promueve la transición hacia modelos de negocios circulares en un área del mundo de altísima concentración urbana de la población, con megaciudades como São Paulo, Buenos Aires, Ciudad de México y Bogotá.

La iniciativa puesta a punto por CEPAL y por la Organización Internacional Italo – Latino Americana (IILA), apunta a analizar las mejores prácticas, las oportunidades y los desafíos relacionados con una transición hacia un modelo circular que ya no se puede posponer. En este sentido, el manifiesto ofrece un terreno común para revolucionar en sentido circular el continente sudamericano, y responder, de esta manera, a los desafíos de la transición ecológica y energética actuales.

La Declaración de Roma

En el documento se remarca la necesidad de adoptar soluciones innovadoras en las ciudades para aplicar luego a escala global. De hecho, las ciudades consumen más de dos tercios de los recursos globales y de la generación de riqueza: por tanto, no es posible cambiar el modelo productivo en sentido circular sin la participación activa de los ciudadanos. La declaración, además, tendrá un papel fundamental para favorecer el compromiso activo de las administraciones municipales y de las demás partes interesadas, para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

A lo largo de 2022 se organizará una mesa de trabajo transversal a nivel ciudadano para definir las prioridades y las principales líneas de acción sobre la economía circular, además de realizar un documento de visión a 2030. Un futuro que será circular, para transformar desde la base el concepto tradicional de ciudad y promover un desarrollo equitativo y sostenible.

De acuerdo con un informe de ONU Medio Ambiente, lograr transitar hacia una economía circular podría reducir entre un 80 y un 99% los desechos industriales en algunos sectores y entre un 79% y un 99% de sus emisiones.

La economía circular es una fuente potencial de generación de empleos. En este momento, en América Latina el 50% de los residuos sólidos son materia orgánica, de la cual el 90% se va a la basura y no se usa. Según la CEPAL, mejorar la eficiencia y la vida útil de materiales en Latinoamérica llevaría a la creación de 5 millones de empleos y mejoraría la resiliencia de las cadenas productivas.

En tanto, las ciudades circulares es un ámbito en el que en el desea trabajar en la región apuntando a la competitividad económica, a la sostenibilidad medioambiental y a la inclusión social. Lo demuestran los numerosos proyectos actuales sobre movilidad eléctrica, redes eléctricas inteligentes y fuentes renovables.

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